La primavera es un símbolo
Este sábado 20 de marzo, a las 09:39 GMT, la Tierra, en su recorrido anual alrededor de nuestra estrella, ha culminado la mitad del trayecto que va desde su perihelio (máxima proximidad al Sol) hasta su afelio (máxima lejanía del Sol). Convenimos que hoy en el hemisferio norte empieza la primavera y en el sur, el otoño. Y, con permiso de la distopia climatològica, sentimos imputs contrarios al norte o al sur del ecuador.
La discrepancia estacional, sin embargo, no debiera estorbarnos de considerar que acontece un único hecho astronómico protagonizado por la esfera terráquea en su conjunto. Si se me permite, un ejemplo más de la bondad reconciliadora de las ideas planeando sobre las trifulcas culturales.
La astrologia hace un uso simbólico de algunos de los hechos que acontecen en los cielos vecinales a la tierra. Usa las órbitas de los planetas, por ejemplo, para representar movimientos humanos planteando sencillas analogías, igual que usamos otras facetas de la naturaleza cuando calificamos de roble la fortaleza de alguien, o de elefante su memòria, o de volcán su expresividad. La diferencia es que los cielos están al abasto de cualquiera sea cual sea su cultura, sin que pueda modificarlos y, relativamente, son lo más imperecedero de la naturaleza.
La traslación de la tierra alrededor del sol es una buena metàfora del concernimiento de una persona a algo de mayor envergadura que ella misma. Cuando alguien gira o se vincula con regularidad a un aspecto social o colectivo lo hace, necesariamente, según su propio caràcter o acopio de características. Si distinguimos distintos momentos o fases del movimiento de la tierra, nos puede ser útil para establecer un catálogo más manejable de los distintos talantes o capacidades del ser humano que una mera y sesgada enumeración particular.
Hoy celebramos un rasgo que consiste en dejar atrás lo próximo y emprender el camino a lo lejano. Citando a M.E.Jones, es la aspiración humana o la esperanza entendida como una emoción ideal. Una determinación valiente que cada cual debe sustentar.
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